Rafael Sanzio


Rafael Sanzio, más conocido por Rafael, (Urbino, 6 de abril de 1483 – Roma, 6 de abril de 1520) pertenece a los grandes maestros del Alto Renacimiento junto a Miguel Ángel – su principal rival- y Leonardo Da Vinci. Rafael es quien cierra el ciclo del arte clásico, con su muerte, dando paso al manierismo y luego al barroco.
Pintor y arquitecto de la Basílica de San Pedro, fue además inspector de antigüedades y un profundo estudioso de la conservación de las reliquias grecorromanas. Su obra se caracteriza por la perfección del trazo y la gracia, descollando en la pintura y el dibujo artístico –el más fino en la historia del arte occidental-.
La escuela de Atenas, una de las obras cumbres en la decoración de las Estancias Vaticanas, la realizó por encargo a sus 25 años de edad. Estancias de Rafael fue la principal, pero quedó trunca por su muerte a los 37 años; no obstante tuvo una obra prolífera atesorada en los Museos Vaticanos; y dirigió un taller de grabado junto a varios colaboradores, ejerciendo gran influencia en Roma.
Algunos consideran la primera obra documentada de Rafael a Retablo Baronci para la Iglesia de San Nicolás de Tolentino, otros La resurrección de Cristo concebida entre 1499 y 1501. Trabajó en otras iglesias: pintó Crucifixión Mond y Los desposorios de La Virgen de la Pinacoteca di Briera., entre otras tantas: La anunciación, La Adoración de los Magos y La coronación de la Virgen 1501-1503. También hizo pinturas de caballete como Las Gracias, El sueño del caballero o San Miguel.
Llevó una vida de nómada; respetó su estilo aunque asumió la influencia del arte florentino, especialmente de Leonardo da Vinci: hizo bocetos de hombres desnudos luchando, dibujó el retrato de una mujer con la composición piramidal en tres cuartos de la Mona Lisa, la postura en contrapostto de Santa Catalina de Alejandría la tomó de Leda y el cisne de Da Vinci.
De sus estancias vaticanas, Stanza della Segnatura tuvo gran importancia para el arte romano y fue su obra más considerada. En ella contiene La Escuela de Atenas, El Parnaso y La disputa del Sacramento, en los cuales es evidente el influjo de los frescos de la Capilla Sixtina de su contrario Miguel Ángel, quien lo acusó de plagio. De esta etapa son sus retratos de los papas Julio II y León X, al gobernante Francisco I de Francia; y la serie Cartones de Rafael: representaciones de San Pedro y San Pablo hechas para la Capilla Sixtina. Pintó retablos importantes como el Éxtasis de Santa Cecilia y la Madonna Sixtina. En La Transfiguración y El Pasmo de Sicilia se advierte un estilo proto-barroco.
Fue considerado el pintor del perfecto equilibrio, universal en su talento; sus obras son joyas del arte académico.

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